TENDENCIAS EMERGENTES EN 2021 Y CÓMO AFECTAN A LA INDUSTRIA DEL OIL & GAS

TENDENCIAS EMERGENTES EN 2021 Y CÓMO AFECTAN A LA INDUSTRIA DEL OIL & GAS

Llevaba ya algún tiempo con la idea de dedicar algunas publicaciones a explicar un poco el negocio del Oil & Gas, cuando leí el artículo “Las 10 Tecnologías Emergentes 2021” en la revista MIT Technology Review y me llegó la “inspiración” para esbozar mentalmente este artículo que espero que os resulte interesante.

Personalmente yo lo habría titulado más bien “Tendencias Emergentes en 2021” (como he hecho en el título de este post) ya que no sólo habla de Tecnologías, pero dejando ese comentario a un lado, desarrollaré tres tendencias que creo que afectarán -o ya están/estaban afectando- al negocio de las empresas de Oil & Gas.

Tendencias que afectan directamente al negocio del Oil & Gas

De las tendencias listadas en el artículo que origina este post, considero que hay 3 que impactan directa y enormemente en el negocio de Oil & Gas, por la importancia de su impacto, su “inmediatez” o potencial disruptivo. Son las siguientes:

Baterías de metal de litio para masificar el coche eléctrico

Para algunos, el coche eléctrico será el que “matará” a la industria del petróleo.

Hoy por hoy el coche eléctrico presenta varios inconvenientes frente a los de combustión interna, y la gran mayoría se deben a sus baterías de ion litio: encarecen el coche, limitan su autonomía, recargarlas es un engorro (por el tiempo necesario, además de por la falta de “electrolineras”), etc.

Pero estos inconvenientes del vehículo eléctrico no durarán mucho. Hay infinidad de líneas de investigación abiertas para mejorar las baterías: para reducir su coste de producción (buscando alternativas a las materias primas más caras o reduciendo las cantidades necesarias), aumentar su densidad energética (mayor capacidad de almacenamiento con menor peso y volumen), que su capacidad no se vea alterada con las condiciones climatológicas (el rendimiento de las baterías se ve afectado por la temperatura ambiental), aumentar su vida útil (mayor número de ciclos de carga y descarga sin reducir la capacidad de la batería) y acelerar los procesos de recarga para que “repostar” un vehículo eléctrico sea tan rápido como uno de combustión interna.

Si los precios y prestaciones entre vehículos eléctricos y de combustión interna empiezan a converger, y viendo como muy posible un futuro de restricciones de uso para estos últimos, la balanza se inclinará incluso antes hacia los eléctricos. Llegados a este punto entrarían en juego la economía de escala y la Ley de Wright abaratando aún más el vehículo eléctrico, con lo que la transición hacia la movilidad eléctrica se acelerá incluso más.


La vida en remoto que ha llegado para quedarse

La pandemia de la Covid-19 y con ella, las medidas tomadas para evitar su propagación (confinamientos, limitaciones de movilidad, imposición del trabajo en remoto, etc) y sus consecuencias sobre la economía (reducción de la actividad económica) han golpeado con fuerza a todas las compañías petroleras. Así por ejemplo, en España, el consumo de combustible en la primera mitad de 2020 retrocedió a niveles de 1991.

Cuando la pandemia empiece a controlarse es de esperar que parte de ese consumo perdido se recupere -por ejemplo, ya se está hablando de la implantación de un “pasaporte de vacunación” a nivel europeo que permitiría los viajes internacionales- pero no volverá inmediatamente a los niveles pre-pandémicos (por el diferente ritmo de vacunación en los distintos países, la aparición de nuevas variantes y las consecuentes olas de contagios y restricciones, etc).

Es cierto que durante la pandemia, aquellos que debieron trabajar presencialmente han preferido utilizar su vehículo particular frente a los transportes públicos para minimizar el riesgo de contagio, y aunque el comercio on line ha experimentado un boom que habrá “enganchado” a nuevos compradores (con el consiguiente aumento de actividad para las empresas de transporte) esto no ha sido suficiente para compensar la disminución de consumo provocada por las restricciones de movilidad.

En relación con los desplazamientos por trabajo, son infinidad los artículos en los que se afirma que el trabajo en remoto (teletrabajo o homeworking) ha venido para quedarse,. Antes de la pandemia era una modalidad casi anecdótica (al menos en España), pero ahora que muchos trabajadores han podido probarlo desearían poder seguir haciéndolo.

El teletrabajo presenta ventajas tanto para la empresa como para el trabajador (también inconvenientes, claro está). Aunque obviamente, no es una opción aplicable a todos los puestos de trabajo, es casi seguro que de una manera u otra se quedará con nosotros, ya sea con un teletrabajo el 100% de la jornada o bien una forma mixta trabajando presencialmente algunos días a la semana. De cualquier forma, esto supondrá una reducción de las denominadas “migraciones diarias” (de los domicilios de los trabajadores a las sedes de las empresas y viceversa, a veces con trayectos entre provincias/Comunidades Autónomas) y por tanto una reducción del consumo de combustibles para el transporte.  Por otra parte, se reducirán también los viajes para reuniones de negocios ahora que se “ha descubierto” la agilidad y el ahorro de convocar una videoconferencia, reduciendo la complejidad de cuadrar agendas, horarios de transporte, hoteles, etc.

Pero no es sólo el teletrabajo, es también la formación a distancia, la telemedicina, etc. En definitiva, con la pandemia todos -incluso los más reacios- nos hemos habituado a los servicios en remoto y eso hace innecesarios infinidad de desplazamientos.

Como todos sabréis, el principal producto de una refinería son los combustibles (gasolina, diesel, gasoil marino, queroseno para aviación, etc), así que podéis haceros una idea del “roto” que ha provocado la pandemia. Pero esto no ha pillado por sorpresa a las compañías, que ya preveían la reducción del consumo de petróleo en forma de combustibles (por la mayor eficiencia de los motores de combustión interna, por la difusión de los vehículos híbridos y eléctricos, por la mayor conciencia medioambiental de la sociedad, etc), pero a un ritmo mucho más lento, así que les está obligando a acelerar los cambios en un momento de precios relativamente bajos del crudo, de reducción de la demanda y de dificultades para conseguir financiación.


Hidrógeno verde capaz de competir con los combustibles fósiles

Aquí en MyTips ya hemos hablado del papel del Hidrógeno en la Transición Energética y de los distintos colores del Hidrógeno, os invito a leer estos artículos para aprender algo más sobre el tema, aunque si no tenéis tiempo, decir que el Hidrógeno Verde es el obtenido sin liberar CO2, el problema es que resulta más caro que “otros” tipo hidrógeno como el hidrógeno gris (el que se produce mayoritariamente a partir del Gas Natural, con emisiones de CO2) o el hidrógeno azul (el proceso de producción es como el del hidrógeno gris, pero se incluye una etapa para capturar el CO2 producido y que no llegue a la atmósfera).  

El Hidrógeno puede utilizarse en los vehículos eléctricos de pila de hidrógeno, con algunas ventajas frente a los vehículos eléctricos de baterías (por ejemplo, los tiempos de repostaje son similares a los vehículos de combustión interna), aunque como ocurre con los eléctricos de baterías faltan “hidrogeneras” y las propias características del Hidrógeno complican su almacenamiento y distribución. Compañías como Toyota y Hyundai han apostado por los vehículos de pila de hidrógeno.

También juega un papel fundamental en la fabricación de combustibles sintéticos, en los que se emplea Hidrógeno y CO2 como materias primas. REPSOL tiene un proyecto para construir una planta de producción de combustibles sintéticos que se espera que esté operativa en 2024. Es una línea que fabricantes automovilísticos como Audi y Porsche han investigado con la promesa de conseguir 0 emisiones netas y que podría permitir que siguieran utilizándose motores térmicos. También supone una opción muy interesante para sectores como el transporte aéreo, algo de lo que ya hemos hablado aquí en MyTips.

El hidrógeno jugará también un importante papel en la producción de los biocombustibles de segunda generación, a partir de biomasa vegetal o animal (residuos forestales, aceites vegetales usados, grasas animales, etc).

Otro posible uso del Hidrógeno Verde es como combustible. La combustión del Hidrógeno no produce CO2, por lo que resultaría una opción muy interesante para en aquellos sectores como la producción de acero o de cemento que son grandes consumidores de combustibles fósiles ya sus procesos productivos son difíciles de electrificar ya que necesitan temperaturas muy elevadas.

También se está trabajando en usar el hidrógeno verde para fabricar amoniaco (NH3) que podría considerarse “verde”. Esto facilitaría el transporte (ya no son necesarias ni las grandes presiones ni las temperaturas criogénicas del hidrógeno) e incluso podría utilizarse directamente en células de combustible similares a las que emplean hidrógeno o incluso quemarse directamente sin emisiones de CO2 (habría que considerar las emisiones de NOx pero existen soluciones técnicas).

Con todo, el uso del Hidrógeno Verde tiene todavía grandes retos por delante ya que necesita de enormes inversiones para construir infraestructura para producir, almacenar y transportar el Hidrógeno, aunque la UE quiere impulsarlo en tres fases para convertir al continente en líder en las tecnologías implicadas y como forma de reactivar la economía tras el golpe de la Covid-19:

  • La primera -hasta 2024- prevé la puesta en marcha de seis grandes estaciones de producción en la Unión Europea capaces de fabricar un millón de toneladas anuales de hidrógeno utilizando energía obtenida de recursos renovables.
  • La segunda fase, la de expansión -hasta 2030- propone llegar a los 10 millones de toneladas con 40 plantas.
  • La tercera fase, durante el periodo 2030-2050 en el que se prevé la masificación del uso del hidrógeno con su despliegue a gran escala.

La Unión se compromete a legislar para establecer las bases de la industria del hidrógeno desarrollando estándares, terminología, certificaciones y, sobre todo, un marco legislativo claro y estable que facilite la inversión de las empresas interesadas.

Conclusiones

Las compañías petroleras ya esperaban esta reducción de consumo de petróleo en forma de combustibles. Por ejemplo CEPSA ya lo anticipaba en su Energy Outlook 2030 pero la pandemia ha acelerado esta tendencia, coincidiendo en una “tormenta perfecta”: unos precios muy bajos de la materia prima con una reducción tremenda de las ventas que ha puesto en apuros a todas las compañías de Oil & Gas.

Durante algunos años más seguiremos necesitando del petróleo, aunque parece claro que cada vez menos en forma de combustibles. Como escuché de un compañero hace tiempo “El crudo es una molécula demasiado valiosa como para desaprovecharla quemándola” o la frase “La Edad de Piedra terminó, no porque se acabasen las piedras sino porque se encontraron mejores alternativas”, y en eso están muchas empresas y centros de investigación, buscando formas de hacer a la industria del Oil & Gas más verde o bien buscando y/o desarrollando alternativas para los múltiples usos del petróleo.

No hay que olvidar que todas estas tendencias pueden verse afectadas en una forma o en otra por muchísimos factores, por ejemplo la legislación (la prohibición de los motores de combustión interna, incremento de tasas e impuestos a los vehículos de combustión interna, el establecimiento de mercados globales de emisiones de CO2 y sus variaciones de precio, las inversiones millonarias previstas para la reactivación económica en Europa, etc), presión social debida a una mayor conciencia medioambiental, desarrollos tecnológicos disruptivos en cualquiera de las tecnologías mencionadas o en otras (por ejemplo, también se siguen investigando mejoras para las células de combustible de hidrógeno) o factores geopolíticos (las materias primas utilizadas para las baterías y las energías renovables se concentran en un puñado de países), por lo que anticipar el futuro y prepararse para él no es tarea fácil en este entorno VUCA (del inglés Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous). 

No he querido mencionar algunas de las otras tecnologías/tendencias que se indican en el artículo que originó este post, pero que también podrían afectar al negocio del Oil & Gas (optimizando su funcionamiento o permitiendo un desarrollo más rápido de alternativas competidoras, controlando o curando la pandemia…).

La refinería del futuro será muy diferente a la actual. Es un tema que me afecta directamente en lo profesional, por eso lo sigo con interés, así que seguro que subiré algún post sobre el tema.

Espero que el artículo os haya parecido interesante. Gracias por dedicar vuestro tiempo a leerme, estaré encantado de que compartáis vuestros pensamientos, experiencias, enlaces relacionados, etc en el apartado de Comentarios.

Para saber más

10 Breakthrough Technologies 2021, la lectura que originó este artículo.

Las 10 Tecnologías Emergentes 2021, la versión en español del mismo artículo (añadido 31/03/2021). En el momento de publicar este artículo, la web no estaba disponible. Fue una de las afectadas por el incendio en un centro de datos de OHV en Estraburgo.

Sobre la situación del negocio de Oil & Gas

  • Oil industry needs whopping $12,6 trillion in investments, artículo de 17/12/2020 en la revista on line OILPRICE.COM. La OPEP considera que globalmente la industria petrolera deberá invertir 12,6 billones hasta 2045 (el trillion estadounidense equivale a nuestro billón -1 millón de millones- mientras que el billion equivale a nuestro millardo, es decir, 1.000 millones) a pesar de la reducción de consumo prevista y de las incertidumbres provocadas por la Covid-19.
  • The crisis isn’t over for oil refiners, artículo de 07/03/2021 en la revista on line OILPRICE.COM, detallando la situación actual del negocio de Oil & Gas a nivel mundial y cómo le está afectando la pandemia

Sobre baterías y células de combustible

Sobre el hidrógeno verde

Sobre el teletrabajo

El 68% de los españoles se muestra a favor de un modelo híbrido entre teletrabajo y oficina, artículo en la sección de economía de Europapress.

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Víctor D. Parra

Ingeniero Técnico Industrial con 20 años de experiencia en la industria de Oil&Gas y Petroquímica, también en el extranjero. Apasionado por la Tecnología y su aplicación en la Industria, la Transición Energética y en dar a conocer la relación entre todos estos temas y nuestra vida diaria.

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